jueves, 26 de diciembre de 2013

Un mundo roto y un alma perdida

¿Vivir un sueño? Yo lo hacía. Vivía en mis sueños, un mundo creado por y para mí. Existía la perfección y la infinidad. Todo pintado de color de rosa y demás colores. Donde no existían las normas y todo era posible.

Pero todo principio tiene un final y a mi mundo le llegó demasiado pronto. El cielo se volvió oscuro y las nubes se desvanecieron. Los árboles perdieron sus flores y todo se marchitó. Las montañas se convirtieron en monstruos  de fuego arrasándolo todo a su paso. No sirve de nada correr, nada ni nadie puede escapar de este desastre. El sueño se agrietó y los icebergs se fundieron hasta inundar lo que era antes mi mundo perfecto. Corrí buscando un refugio, para salvar mi vida. Necesitaba subir la colina, allí es donde estaba la puerta para escapar. Conseguí llegar pero de repente lo vi, todavía no había salido. Pero ya casi estaba llegando, lo conseguiríamos.

No podía ser, estaba atrapado en mitad de la colina. Parecía herido y le costaba andar. Bajé a ayudarlo, pero vi como una gran ola se dirigía hacia nosotros. La puerta empezaba a cerrarse y no quedaba tiempo. Intenté levantarlo, pero él no quería. Me dijo que me fuera, que él estaría bien. Le hice caso aun sabiendo que no era cierto. Salí y cerré la puerta con fuerza. Desde entonces ya no he vuelto a verlo.